La
manera más efectiva de prevenir las infecciones de transmisión sexual es evitar
el contacto de las partes del cuerpo o de los líquidos que pueden llevar a una
transferencia, no necesariamente actividad sexual con una pareja infectada.
Ningún contacto es igual a ningún riesgo, no todas las actividades sexuales
implican contacto, tales como el cibersexo, sexo por teléfono, masturbación a
una distancia, son métodos de evitar el contacto. Idealmente, ambos miembros de
la pareja deben conseguir pruebas para ETS antes de iniciar el contacto sexual,
o si una de las parejas estuvo en contacto con algún otro, pero incluso
entonces, ciertas ETS, particularmente ciertos virus persistentes como VPH,
pueden ser imposibles de detectar con los procedimientos médicos actuales
mientras que pueden ser asintomáticos. La prevención es también clave en el
manejo de la ETS viral como el VIH y herpes, pues actualmente son incurables.
Muchas enfermedades que establecen infecciones permanentes pueden ocupar el
sistema inmune así, otras infecciones se vuelven más fácilmente transmitidas.
Hay
disponibles algunas vacunas para proteger contra algunas ETS virales, tales
como la hepatitis B y algunos tipos de VPH. Es aconsejada la vacunación antes
de la iniciación del contacto sexual para asegurar la máxima protección.
El
sistema inmunitario innato, que lleva las defensivas contra el VIH, puede
prevenir la transmisión del VIH cuando las cuentas virales son muy bajas, pero
si está ocupado con otros virus o abrumado, el VIH puede establecerse. Ciertas
ETS virales también aumentan grandemente el riesgo de muerte para los pacientes
infectados con VIH.
- Los condones
Los
preservativos o condones solamente proporcionan protección cuando son usados
correctamente como barrera desde, y hacia el área que cubre. Las áreas
descubiertas todavía son susceptibles a muchas ETS. En el caso del VIH, las
rutas de transmisión sexual implican casi siempre el pene, puesto que el VIH no
puede esparcirse a través de la piel intacta, así al proteger el pene, con un
condón correctamente usado, de la vagina y del ano, se detiene con eficacia su
transmisión. Un líquido infectado en una piel rota que llevase a la transmisión
directa del VIH no sería considerado “transmitido sexualmente”, sin embargo
puede ocurrir teóricamente durante el contacto sexual; esto puede evitarse
simplemente no teniendo contacto sexual cuando se tiene una herida abierta.
Otras ETS, incluso infecciones virales, se pueden prevenir con el uso de los
condones de látex como barrera: algunos microorganismos y virus son bastante
pequeños y pueden pasar a través de los poros en condones naturales de piel,
pero siguen siendo demasiado grandes para pasar a través de los de látex.
Los
condones están diseñados, probados, y manufacturados para no fallar nunca si se
usan apropiadamente. No ha habido casos documentados de transmisión de VIH
debido a una manufactura impropia del condón. Sin embargo ha habido casos de
retirada de condones, como un caso en Sur África.
• No
poner el condón demasiado firmemente en el extremo, y dejando 1.5 cm en la
extremidad para la eyaculación. Poner el condón ajustado puede y a menudo lleva
a su fallo.
• Usar
un condón nuevo para cada cópula.
• No
usar un condón demasiado flojo, puede hacer fracasar la barrera.
•
Evitar la inversión derramando su contenido una vez usado, independientemente
de que se haya o no eyaculado en él, incluso por un segundo.
•
Evitar los condones hechos de sustancias diferentes del látex y el poliuretano,
pues no protegen contra el VIH.
•
Evitar el uso de lubricantes basados aceite (o cualquier cosa con aceite) con
los condones de látex, ya que el aceite puede hacer agujeros en ellos.
No
seguir las pautas antedichas perpetúa la falsa idea común que los condones no
están chequeados ni están diseñados correctamente.
- · Pruebas de ITS
- · Historia de los tratamientos
Antes
de la invención de las medicinas modernas, las infecciones de transmisión
sexual generalmente eran incurables, y el tratamiento estaba limitado a tratar
los síntomas de la enfermedad. El primer hospital voluntario para las
enfermedades venéreas fue fundado en 1746 en el London Lock Hospital.
El
primer tratamiento efectivo para una infección de transmisión sexual fue el
salvarsán en 1910, un tratamiento para la sífilis. Con el descubrimiento de los
antibióticos, una gran cantidad de infecciones de transmisión sexual se
volvieron fácilmente curables, y esto, combinado con efectivas campañas de
salud pública contra las ITS, condujo a una percepción pública, durante los
años 1960 y los años 1970, de que ellas habían dejado de ser una amenaza médica
seria.
Durante
este período, fue reconocida la importancia del seguimiento de las pistas de
infectados para tratar las ITS. Llevando las pistas de las parejas sexuales de
los individuos infectados, haciéndoles exámenes para ver si estaban infectados,
tratando al infectado, y siguiendo a su vez las pistas de sus contactos, las
clínicas de las ETS podían ser muy efectivas en la supresión de infecciones en
la población en general.
En los
años 1980, el primer herpes genital y luego el SIDA emergieron en la conciencia
pública como enfermedades de transmisión sexual que no podían ser curadas por
la medicina moderna. El SIDA en particularmente tiene un período asintomático
largo. Durante ese tiempo, el VIH (el virus de inmunodeficiencia humana, que
causa SIDA) puede replicarse y la enfermedad puede ser transmitida a otros,
seguido por un período sintomático que lleva rápidamente a la muerte a menos
que éste sea tratado. El reconocimiento de que el SIDA amenazó con una pandemia
global llevó a campañas de información pública y al desarrollo de tratamientos
que permiten que el SIDA sea manejado suprimiendo la replicación del VIH tanto
tiempo como sea posible. El seguimiento de la pista de los contactos continúa
siendo una medida importante, incluso cuando las enfermedades son incurables,
puesto que ayuda a contener la infección.
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